La democracia interna del PAN agoniza
En los últimos días, las redes sociales han sido testigo de una denuncia preocupante realizada por Jonathan Calderón Gómez, consejero estatal del Partido Acción Nacional (PAN).
A través de un video, Calderón Gómez acusó a algunos delegados de presionar y coaccionar a los panistas para que firmen en favor de un candidato específico para la dirigencia estatal.
Sus palabras fueron contundentes: “Que entienda de una vez la cúpula y Eduardo Rivera Pérez que la democracia no es negociable”.
Los grillos azules
Este pronunciamiento no es aislado. Se suma a las críticas expresadas por figuras destacadas del partido como la diputada Lupita Leal y el Alcalde de San Andrés Cholula, Edmundo Tlatehui.
Ambos han manifestado su rechazo ante la posible llegada del ex presidente municipal a la dirigencia estatal del PAN, advirtiendo que su liderazgo no aportará resultados positivos para el Comité Directivo Estatal.
Señalan además que, con el apoyo de Augusta Díaz de Rivera, actual presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN, se estaría gestando un «albazo» para asegurar su nombramiento.
La preocupación de Leal y Tlatehui no es trivial. Argumentan que imponer un candidato sin un respaldo amplio y genuino de la militancia pone en riesgo los principios democráticos que deberían regir al partido.
Esta situación puede profundizar las divisiones internas y debilitar la cohesión necesaria para enfrentar los retos políticos venideros.La democracia interna del PAN agoniza
Los «Yunquistas» y los «Neomorenovallistas»
Además, esta controversia se enmarca en una disputa más amplia entre dos facciones dentro del PAN poblano:
Los «Yunquistas», un grupo tradicionalista y conservador, están enfrentados con los «neomorenovallistas», quienes apoyan a figuras como el Diputado Federal Mario Riestra y promueven una agenda más moderna y pragmática.
Esta lucha de poder añade una capa de complejidad a la elección de la dirigencia estatal y subraya la necesidad de un proceso transparente y democrático para evitar que las divisiones internas se agraven.
La democracia interna es el pilar fundamental de cualquier partido que aspire a representar los intereses de sus miembros y de la ciudadanía.
En el caso del PAN en Puebla, las denuncias de coacción y manipulación en el proceso de elección de la dirigencia estatal son un llamado de atención urgente.
Es imperativo que los procesos electorales internos sean transparentes, justos y reflejen verdaderamente la voluntad de la base militante.
La denuncia de Jonathan Calderón Gómez y las preocupaciones de Lupita Leal y Edmundo Tlatehui deben ser tomadas en serio.
El llamado es claro: se requiere una revisión profunda y un compromiso firme con la democracia interna. Solo así, el PAN en Puebla podrá consolidarse y enfrentar con éxito los desafíos que se avecinan.
En momentos de crisis y controversia, la transparencia y la integridad son las mejores guías.
Es hora de que el PAN demuestre, con acciones concretas, que sus principios no son negociables y que la democracia interna es, y siempre será, su mayor fortaleza.
De lo contrario, el partido corre el riesgo de seguir el mismo destino que el PRD y el agonizante PRI. Si no se realizan los cambios necesarios, es solo cuestión de tiempo antes de que el PAN también desaparezca.
La democracia interna del PAN agoniza
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